miércoles, 13 de febrero de 2013

Mucha verdura en pleno invierno

Quizás le estamos pidendo demasiado a la tierra. Llevamos desde el 19 de abril del año pasado plantando y cosechando siguiendo, eso sí, el procedimiento de rotación y asociación de cultivos, a veces de manera experimental; y, además, con ayuda de las lombrices, restos domésticos de verduras (que antes iban a la basura) y una compostera, conseguimos abono orgánico...


Tampoco es nuestra intención una explotación industrial, ni siquiera todavía de ayuda familiar. Tan sólo aportar algo de biomasa comestible  "colonizando" un espacio muerto, como lo era la azotea, con la reutilización y reciclado de materiales.

Los beneficios han sido considerables. Desde la satisfacción de ver crecer un huerto (y saborear de verdad la verdura) a reducir la cantidad de desperdicio y convertirlo en un activo (la cáscara de plátano y la del huevo se convierte en acelgas y espinacas), como a tener un lugar de esparcimento originado por nosotros mismos, sin dependencia de la "industria del ocio"...

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